En la vida atravesamos por muchas incertidumbres, desafíos y obstáculos que nos pueden hacer sentir abrumados y perdidos. En algunos momentos hemos sentidos la necesidad de tener todo bajo control y en ocaciones como esta, nos aferramos a nuestras preocupaciones creyendo que si solo hacemos un poco mas, podemos resolverlo todo. Pero ¿Qué pasaría si pudieras Soltar todo en manos de Dios y confiar plenamente en que El tiene un plan para ti ?
Soltar
Soltar no significa renunciar, sino confiar, significa reconocer que hay cosas que no podemos controlar y que necesitamos la guía y el poder de Dios para superar. Uno de los desafío que enfrentamos es el poder dejar de controlar nuestras vidas y rendirla a Dios. Entiendo! la idea de soltar suena como algo aterradora, pero cuando damos ese acto de fe y le soltamos el volante a Dios, nos abrimos a infinitas posibilidades y oportunidades. Como en Proverbios 3:5-6 dice "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia; reconocelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas." La Biblia nos enseña a confiar en el Señor con todo nuestro corazón, sabiendo que El siempre tiene el mejor plan para nuestras vidas.
Caminar por Fe, no por Vista
Confiar en Dios significa caminar por fe, no por vista. Significa creer en sus promesas incluso cuando todo a tu alrededor parece lo contrario. Por mucho tiempo en mi caminar eh querido tener mi vida bajo control, sin rendírsele completamente a Dios, resolver todo por mi propia cuenta, pero eh decidido soltar todo en manos de Dios y permitirle a El que tome el control de mi vida, que sea El quien guíe mis pasos.
Abraza el Viaje
Cuando ponemos todo en las manos de Dios nos embarcamos en un viaje de crecimiento, transformación y descubrimiento. Elegimos dejar de lado el miedo y las dudas. Confiar en Dios no siempre es fácil, pero siempre vale la pena.
Por eso, si te sientes identificada (o) con esto, hoy te invito a que des un paso de fe al igual que yo decidí darlo. Identifica aquello que te esta causando ansiedad o inseguridad, y entrégaselo a Dios en oración. Confía en que El es capaz de manejarlo mucho mejor de lo que tú podrías. Respira profundamente y tomate un momento cada día para recordarte a ti misma (o) que Dios está en control y permite que su paz llene tu corazón.
Soltar nuestras cargas en las manos de Dios no significa que nos rindamos, sino que confiemos en el único que tiene el poder de cambiarlo todo. Deja que su paz te guíe y te fortalezca mientras confías plenamente en su plan perfecto para tu vida.
Dios te bendiga!